Conocí a Julian por primera vez cuando fui al evento de The Soundgarden en Miami, donde compartió cabina con artistas como Nico Rada y Simon Vuarambon, tremendos referentes del progressive argentino y mundial. Era mi primera vez escuchándolo, y después de escuchar su set, supe que no sería la última vez que lo iba a ver tocar.
Dado que el lugar era pequeño e íntimo, sabía que era la oportunidad perfecta para conversar con él sobre Behind The Decks y mis ganas de compartir su historia. Aunque no pudimos hablar ese día, le escribí por instagram proponiéndole la idea de juntarnos a conversar sobre su trayectoria. Unos días después, arreglamos para tomarnos un cafecito por South Beach, que terminó con una cervecita también.
Durante nuestra conversación, abordamos una gran variedad de temas, desde sus inicios en la música hasta la espiritualidad de las personas. Fue una conversación muy interesante, donde inmediatamente me di cuenta que Julian pensaba distinto al resto. A lo largo de su carrera, ha tenido distintas experiencias que lo han formado como persona y DJ.
INICIOS
La música siempre estuvo presente en la casa de Julian. Con una madre y hermana que eran profes de baile, y un padre con una pasión enorme por la música, no sorprende que Julian haya heredado esa pasión, esa chispita por la música. Desde su infancia, se escuchaba muchísima música en su casa, desde rock a música latina, o electrónica a folklore. Siempre sonaba algo. No cabe duda que eso tuvo una gran influencia en su persona artística, algo con lo que uno nace, como dice Julian.
A pesar de no tener un antecedente como músico, algo que muchos DJs tienen, la pasión por la música siempre estuvo presente.
Desde muy chico, Julian se vio involucrado en ‘la noche’, donde con 15 años trabajaba de camarero en un restaurante en Mar del Plata, su ciudad nativa, que por las noches tenía un boliche que se llamaba Sobremonte, un lugar fundamental en la trayectoria de Julian. Cerraba el restaurante, y Julian no dudaba en quedarse al boliche por la noche. Fue ahí donde conoció a Roberto Ceratti, un DJ argentino, pionero de la ciudad – como dice Julian. Ceratti lo hacía pasar a la cabina, donde mezclaba ‘techno muy marcado’ con vinilos. ‘Me acuerdo siempre, me invitaba a un Sky Vodka con un Sprite, y me quedaba una o dos horas ahí. No me lo podía creer, una locura.’ Ahí surge la curiosidad de Julian en el mundo de la electrónica.
Esto solía pasar los viernes por la noche, hasta que un día, Roberto le consiguió una entrada para ver a Victor Ruiz en Gap, una discoteca a quince cuadras de Sobremonte. Sin ninguna duda, la respuesta de Julian fue llamar a su papa: ‘Che pa, me quedo acá en el boliche, hasta las seis de la mañana’. A pesar de tener quince años, Julian logró entrar con el pasaporte de un amigo más grande, donde se encontró con su primera experiencia externa a un ambiente conocido.
Los años pasaron y Julian siguió involucrado en la vida nocturna, trabajando en la producción de eventos del Club Quba. Su trabajo estaba centrado en la parte de música electrónica, y con el tiempo, conoció mucha gente en la industria. Un día, Fer Torres, un residente del club, le consiguió una fecha para tocar y darse a conocer. Julian había estado aprendiendo a mezclar por su cuenta con una consola que él tenía, y esta oportunidad marcó su debut como DJ, momento que jamás olvidará. ‘De la nada me encontré con un mundo totalmente enorme, y con un desconocimiento gigante, pero sin embargo, viste, tuve como la actitud y la confianza en ir hacia adelante, porque me sentía como muy cómodo.’
Todo esto ocurría mientras Julian estaba estudiando Educación Física y a la par, para ser guardavidas, su otra pasión. Le quedaban cinco finales para recibirse, hasta que decidió dejar todo de lado, no terminar los estudios y partir rumbo a México con un solo objetivo: vivir de la música.
MEXICO
Cuando le pregunté cuál fue el motivo original detrás de este drástico cambio, me dice: ‘La decisión de querer cambiar un poquito el rumbo en mi vida, venía con muchas preguntas, con mucho desconocimiento, y necesitando cambiar un poquito el aire porque no estaba muy equilibrado.’
Julian fue con un objetivo claro en mente: vivir de la música y convertirse en profesional. Sin embargo, al llegar a Playa del Carmen, no todo ocurrió como él esperaba. Los primeros cuatro meses estuvo sin trabajar, buscando una oportunidad. En una de sus noches explorando la vida nocturna de la zona, fue que conoció a Gonzalo, alias Galgo, uno de los residentes de Playa del Carmen y dueño de una discoteca llamada Santino. Galgo le dio la oportunidad de tocar en su terraza, On Heaven, donde se escuchaba progressive house de miércoles a domingo. ‘Es el único lugar en Playa del Carmen en el cual tiene un ciclo de Progressive de electrónica. Y la verdad que yo salía de miércoles a domingo ahí, estaba en ese club porque había artistas internacionales constantemente.’
Como dicen: ‘el que busca siempre encuentra’. Y así fue. Gonzalo le empezó a dar fechas a Julian para abrir, para cerrar, donde pudo dar grandes pasos como DJ. Recién ahí empezó a generar ingresos para poder vivir y pagar su apartamento. ‘Y de ahí, yo sabía que se me iban a abrir varias puertas, como si me iban a abrir mucho más el abanico para poder empezar a tocar a otros lados.’
‘Y en la Riviera Maya fue donde me cambió la vida. a medida que fue pasando el tiempo,
me fui afianzando mucho más con mi manera de ser,con mi estilo de música, con mis amigos, con mi familia. Y hoy ya me siento más firme, viste, con más confianza.’
Su etapa en México fue fundamental para su formación como DJ, productor y – lo más importante – como persona. El difícil comienzo lo obligó a salir de su zona de confort, obligándolo a crecer. De esto podemos aprender que muchas veces ya sabemos la respuesta a lo que buscamos: está en la incomodidad misma, en hacer algo distinto. Quizás ahí no llegarás al destino final, pero pasarás por una de las estaciones que te prepara para ese destino.
IBIZA
Después de México, Julian decidió agarrar sus cosas y partir rumbo a Ibiza, el centro de la música electrónica del mundo – Disney para un DJ. Sin embargo, no fue así – al menos al principio – para Julian. Se fue a la isla a ‘jugársela’, pero no lograba jugar mucho. ‘Fui sin papeles, sin nada’, con la intención de conseguir un trabajo de camarero, bartender, algo que le permita tener algún ingreso. El hecho de estar sin papeles hacía difícil encontrar trabajo. Para poder pagar el alquiler y quedarse en la isla, Julian estuvo limpiando barcos, y así fue durante cuatro meses, ‘rebuscándome la vida’ como dijo.
‘Y para mi era la muerte…Yo viniendo de México tocando tres o cuatro veces por semana…Y viviendo la música…A pasar a estar en Ibiza el centro número uno de la música electrónica…Y no tener ni una fecha…Tener una sola fecha en toda la temporada…’ ¿Cómo manejaste pasar de estar en todas a no tener nada? – le pregunto, a lo cual me dice: la vida del artista es eso…Esos altos y bajos…Hay que tomarse de nueva manera tranquila…Porque es algo normal…Y es algo que le sucede a todos… Pero a veces hay que darle la confianza al 100%…A lo que uno hace y a lo que uno siente…Y ese es el camino…’
Quizás el primer paso en Ibiza no fue lo esperado para él, pero no permitió que lo frenara. Hoy en día, Ibiza es una de sus tantas ‘casas’, donde visita la isla frecuentemente para tocar en eventos, producir música y seguir desarrollando su carrera, esta vez con más estabilidad.
PRODUCCION MUSICAL:
Durante la pandemia, una vez establecido como DJ, Julian decidió iniciar su trayectoria como productor, la parte ‘más bonita y más difícil’ de la carrera. ‘Poder crear tu propia música y compartir cosas, experiencias a través de ella es algo muy bonito.’
El proceso de aprendizaje es muy largo y complejo, y Julian lo tenía claro. Empezó a estudiar producción musical con un profesor en su ciudad llamado Francisco, alias Glasidum. Durante ocho meses, estuvo juntándose una vez por semana con él, donde cada día era aprendizaje nuevo.
Después de su etapa con Glasidum, conoció a Pablo Maneyro (Mayro), quien fue otro profesor con el cual empezó a trabajar, esta vez tomando sus cursos online. ‘Se me abrió un mundo y dije wow, esto es lo que quiero hacer, viste? Tan distinto es en cuanto a producción.’ Cada profesor le fue aportando distintas herramientas para construir su arsenal de conocimiento, desarrollando sus capacidades como productor.
Como vengo diciendo, el proceso de formación del DJ es un proceso de descubrimiento personal que tarda años. Fue en uno de sus pasos por Ibiza que Julian pudo conocerse mejor, sintiéndose más identificado con un cierto tipo de sonido musical, y cada vez se acercaba más a encontrar el sonido con el que más se identificaba.
Una gran ayuda en su descubrimiento personal fue el aporte de Florian Gasperini, con quien empezó a tomar clases estando en Ibiza. Florian es un productor y profesor francés que ha estado involucrado desde el ‘97 en la industria de la música electrónica (Les Voies des Fleuves Indiens – temazo). ‘Me llevó a un nivel de mucho conocimiento, no sé si superior, pero distinto y en el cual…me dio muchas herramientas.’ Todo esto surgió cuando Julian le mandó un mensaje por instagram preguntando si daba clases.
Cada profesor ha dejado su huella en el camino evolutivo de Julian y él expresó un profundo agradecimiento hacia cada uno de ellos. Gracias a su ayuda, la de sus colegas y el hambre de Julian de vivir de la música, ha producido grandes tracks que han captado la atención de grandes sellos y personas de la industria. Sin duda, uno de sus tracks que ha captado más atención es su colaboración con su compatriota Lucas Ramos: “She”, lanzada por Soundgarden, el sello discográfico de Nick Warren.
‘Ese track fue muy especial. Fue orientado y hecho especialmente para Nick Warren y para el sello discográfico. Empezamos a hacer una colaboración a distancia, yo estaba en Ibiza y él (Lucas) estaba en Mar del Plata.
CIERRE
Dentro de mi conversación con Julian, hubo un par de cosas que me comento que me captaron mucho la atención. Uno de los pilares fundamentales de la vida de Julian, es siempre ser auténtico, no copiarle al de al lado, y seguir lo que tu corazón siente, algo que su padre le inculcó mucho desde chico.
Le pregunté si había cierto nivel de envidia o rivalidad en argentina entre artistas que están en situaciones similares a la suya, luchando por un mismo sueño, a lo cual me respondió: ‘Mientras más empecé a colaborar…Con mis compañeros y con mis colegas…Mayor fueron mis resultados…Más oportunidades la vida me dio…Hay que trabajar en equipo…Porque lo que uno tiene…Le falta al otro…Y lo que le falta al otro uno lo tiene…Es un aprendizaje tan bonito y tan bueno…Tan sano…’
Esta conversación fue lo que quería tener y más. Poder conversar con él cuando no está con la ‘máscara’ de DJ te hace verlo de otra manera, como si estuvieses hablando un amigo de hace años.
Ojala esta historia la puedan leer familiares, amigos, o cualquier persona que ha aportado un granito de arena en lo que va de la carrera de Julian. Cada persona que se ha cruzado en el camino ha aportado, directa o indirectamente, en su desarrollo. Ya sea con un comentario de apoyo, con clases de producción, con lo que sea – todo es bencina para la moto.
No me cabe duda que la evolución musical de Julian está recién empezando, y que pronto veremos muchos de sus lanzamientos siendo escuchados en los mejores escenarios de la música electrónica, como ya lo han sido varios de sus tracks.
Gracias Julian por darte el tiempo de charlar, y espero que al que haya leído esto, lo conozcan un poco mejor. <3